Convivencia en tiempos de cuarentena... La Dra. Sonia Kleiman, especialista en vínculos del Instituto Universitario Hospital Italiano de Buenos Aires, nos habla sobre cómo transitar esta situación: la podés vivir como una tragedia o un desafío.
En la actualidad, debido a la pandemia y al aislamiento social preventivo y obligatorio, estamos transitando una situación nueva. Esto significa que no tenemos demasiados recursos, entrenamientos previos, explicaciones o listas para ser aplicadas. Es una situación que se puede vivir como una tragedia o como un desafío que nos produce una situación desconocida, sorpresiva, distinta.
Frente a lo desconocido tratamos de encontrar rápidamente palabras que nombren de alguna manera eso que no es usual. Por eso, circulan algunas palabras y se toman como certeras sobre lo que sucede. Aislamiento, encierro, angustia, hastío. Pero no todos los hogares pasan por lo mismo.
En esta nueva situación de cuarentena algunas familias se han encontrado de otras maneras, han variado la forma de tratarse, han descubierto aspectos desconocidos entre ellos, han encontrado maneras de estar cerca sin tener contacto.
Nos encontramos con el desafío de otro modo de hacer, de estudiar, de vincularnos, de entretenernos. Esto no quiere decir desarmar la vida que era pensada como “normal “, esto quiere decir que frente a una situación nueva, hay que armar y/o construir otros modos de vivirla, otras maneras de nombrarla.
Los conflictos que son adjudicados al supuesto encierro tienen mucho menos que ver con estar viviendo en una casa con varias personas que con el hecho de la convivencia. Familias que estaban en sus casas, parejas, hijos, hermanos, etc., resulta que en esta situación actual, quedan expuestos a tener que no solo estar en la casa sino también a convivir.
Convivencia no es lo mismo que estar en el mismo lugar
El convivir (vivir con) requiere salir del “yo quiero”, “yo hago”, “yo decido”. El convivir implica tomar en cuenta que nuestra vida es con otras personas, entre otras personas, y hacerlo no es tan sencillo como decirlo.
Resulta que al estar entre varias personas surgen diferentes ideas, tiempos, pensamientos, sentimientos. ¿Cómo hacemos con las diferencias?, ¿las tapamos, las anulamos, las sojuzgamos? ¿O elegimos hacerles lugar y salir de nuestras cuevas para estar en otros espacios?. Para escuchar, no solo decir. Entonces VIVIR-CON nos pone en cuestión que no solo vale lo que ´yo pienso, quiero o me gusta´”.
En la familia se instala una idea: “Si es de la familia ya se conocen, ya se sabe qué está pasando”, y eso es solo una ilusión, un deseo de que no surja nada nuevo, desconocido, diferente. El estar juntos en esta época requiere borrar esta idea, escucharse, verse, estar en familia, pensar que todo ya se sabe o se conoce. Hay que armar nuevas relaciones, porque la situación es nueva e incierta, aun en las familias con largos años de haberse constituido.
Las convivencias (las, porque no hay una sola manera de hacer entre varios), no siempre son armónicas o sin conflictos. Las convivencias se mueven entre acuerdos, choques, desacuerdos, conflictos, rabias, alegrías, tristezas y sensibilidades. Pasarán cosas que esperamos, otras que nos sorprenderán para bien y otras que nos enojarán.
Esta manera de vivir en esta época diferente, rara, incierta, este pasar muchas horas en las casas con otras personas de la familia, no son solo posibles de pensar como encierro, enclaustramiento, aislamiento, sino como circunstancias que cambiaron las condiciones por un período que no sabemos hasta cuándo va a durar.
Esto implica cambiar maneras de hacer, de pensar, de relacionarnos.
Asesoró: Sonia Kleiman, Dra. en Salud Mental. Directora de la Carrera y Especialización en Psicología Vincular de Familias con hijos y adolescentes del Instituto Universitario Hospital Italiano de Buenos Aires.
