Isabel II, la máxima figura de la monarquía británica continúa sus días guardando luto por el fallecimiento del príncipe de Edimburgo, Felipe, su esposo, con quien pasó 73 años unida en matrimonio.
Esta es la historia de algunas joyas que su esposo le fue regalando a lo largo de su extensa historia juntos. Cada una de ellas tiene un importante significado.
La primera, es un broche de diamantes que le regaló cuando se conocieron y tenían tan sólo 13 años con una insignia azul marino forjado por Garrard, el joyero de la corte.
La segunda, es el anillo de compromiso. Cuando Felipe le propuso matrimonio utilizó joyas de los Romanov, que le dio su madre. Lo cierto es que Isabel lleva siempre consigo este diamante en su dedo anular al igual que una pulsera diseñada que el duque le regaló el mismo día y que fue diseñada por él mismo.
Finalmente, cuando cumplieron cinco años de casados, el rey le regaló un brazalete de oro con diamantes, zafiros y rubíes. En lo que respecta al diseño tiene insignias de la pareja y el emblema naval de Felipe junto a unas rosas heráldicas, que ella suele lucir en ocasiones especiales. Estas obras de arte de la orfebrería cuando no están con ella, se guardan en una caja fuerte especial junto con otras joyas de Isabel que no necesariamente fueron regaladas por su marido.
