Melissa Gilbert, conocida por su eterno papel de Laura en La familia Ingalls, causó revuelo entre los seguidores que la (todavía) popular serie tiene a nivel mundial: el próximo 10 de mayo publica su autobiografía donde repasará su dura infancia y también cómo llegó al casting del papel que le cambió la vida.
En un adelanto de lo que será el libro, la actriz repasa el vínculo trascendental que la unió a Michael Landon, productor y actor principal de la serie, quien la tomó como su protegida desde que la conoció y dijo al ver su prueba de cámara que ella era la indicada para interpretar a su "Media Pinta", el apodo con el que cariñosamente Charles Ingalls llamaba a Laura.
En reiteradas oportunidades, Gilbert se deshizo en elogios hacia quien consideraba su mentor y que también tuvo un rol fundamental en su vida personal: Michael Landon no sólo le había dado el papel que la consagró, sino que también se convirtió en un segundo padre después de que el suyo muriera cuando ella era una nena.
La infancia de Melissa Gilbert, marcada por una dura pérdida
A sus 11 años, a Melissa le dijeron que su papá había tenido un grave ACV que le había costado la vida. Pero, en realidad, Paul Gilbert se había suicidado, preso de una fuerte depresión. La verdad salió a la luz cuando ella tenía 45 años y es por eso que desde entonces utiliza sus redes sociales para generar conciencia sobre salud mental. El 10 de octubre del año pasado escribió en Instagram bajo una foto de su padre: “Hoy es el Día Mundial de la Salud Mental. Mi padre se suicidó cuando yo tenía 11 años. Había amenazado con hacerlo un año antes de que finalmente apoyara una pistola en su cabeza. Por favor, escúchense. Tómense en serio unos a otros. No barran las cosas debajo de la alfombra. Estén ahí. Sean honestos. Ámense. Ayuden. Pongan fin al estigma”, publicó.
La jovencísima Melissa se unió más que nunca a Landon y lo tomó como figura paterna. Entre otras cosas, aseguró que le enseñó valores como la importancia de la familia, la comunidad, la compasión y el amor, tópicos que tenían un fuerte peso en el programa televisivo que él había creado.
En una entrevista con el canal CBS en julio de 2020, la actriz contó que creaba un ambiente muy divertido durante el rodaje, por lo que nunca vivió los diez años que pasó en el set de La familia Ingalls como un trabajo. “Era como pasar el tiempo en un gran campamento de verano, pero en el que además podía jugar a disfrazarme con toda esa ropa fantástica y esos zapatos abotonados. Jamás lo recuerdo como algo que no haya sido divertido”, señaló.
Fiestas, pijamadas y una cercanía familiar
Otro hecho que da cuenta de la cercanía entre Gilbert y Landon es que fue él quien la acompañó a su fiesta de egresados cuando se graduó. Sus padres eran muy amigos del actor y de su esposa: en más de una ocasión Melissa se quedaba a dormir en su casa, donde compartía pijamadas con las hijas del matrimonio. Tiempo después, durante su adolescencia, tuvo un romance con uno de sus hijos. Y, además, nombró a su segundo hijo, Michael, en honor a su mentor.
Un protagonista no deseado: el alcoholismo
Otro de los fuertes pasajes del anticipo de la biografía de Melissa Gilbert es cuando se refiere al alcoholismo de Landon. “Cuando era chica no sabía que había vodka en la taza de café que (Landon) bebía a sorbitos… Pero estoy segura de que él es una de las razones por las que, cuando yo era ya una joven adulta, casi siempre elegía a hombres que olían a alcohol”, escribió.
Y luego añade: “Aunque debo decir, a su favor, que nunca lo vi borracho, nunca vi cambiar su personalidad”, añadió.
Con el tiempo ella adquirió esta conducta, y es por eso que confiesa en un tramo que ella misma había llegado a tomar dos botellas de vino cada noche y que decidió ponerle fin a su adicción el día que se quedó dormida en la cucha de su perro.
