La presentación de la colección SS20 del siempre sorprendente diseñador estadounidense provocó la primera vibración de la New York Fashion Week. Colores estridentes, ítems de los ´80, inspiración comic y aires punk. ¡Alta celebración!
Empezó la fashion week de Nueva York, y uno de sus primeros impactos fue el nuevo desfile de Jeremy Scott Primavera Verano 2020, que rompió el hielo con combinaciones que solo él sabe compaginar y encajar: colores eléctricos de una paleta infinita, tejidos mezclados, estampados –flores, rayas, animal print-, metalizados y asimetrías. Estilo libre, kitsch y desestructurado en su máxima expresión.
Una ópera de neón
La primera vista es un deja vu a películas y fiestas de los años ´80, con modelos con pelucas multicolores –tipo banda glam heavy metal, new wave y el dibujo animado Jem and the Holograms-, hombreras, minivestidos, más materiales y detalles que suben el tono de los looks: lúrex, lentejuelas, guiños psicodélicos, motivos hawaianos, punkies… Hasta llegar al estado de “ópera de neón”, tal como el mismísimo Jeremy Scott definió a su nueva colección.
¿Futurista? ¡En los ´60! La fantasía estilo sci-fi del diseñador norteamericano hoy es vista como parodia y evocación romántica de lo que alguna vez se imaginó como un futuro que hoy genera un efecto contrario.
Algunas piezas de la colección SS2020 de Jeremy Scott parecen sacadas del vestuario de Barbarella –el film de culto de Jane Fonda- y fueron varios los especialistas en la primera fila del desfile que apuntaron reminiscencias de ¡Los Picapiedras! en sus minifaldas de cortes desetrucuturados y con motivos de cebra y tigres.
Así es el universo más personal de Jeremy Scott que esta temporada –en Milán- también impondrá su particular visión sobre la pasarela de Moschino
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