La muerte de Gerardo Rozín trajo miles de anécdotas y vivencias de gente allegada al periodista y conductor rosarino. Pero llamó la atención un tema que se repitió en varios: él sabía que su vida se apagaba y se lo decía abiertamente a sus amigos y familiares. Las palabras fuertes de Rozín los descolocaba pero, de alguna manera, era una forma de despedirse de los que más quería.
Osvaldo Bazán contó que "hace poco menos de un año" le había dejado un mensaje: "Llamame con urgencia". El periodista explicó: "Y pasa lo que pasa con los mensajes, los dejás. Lo llamé a los dos días y me dice: ‘Tu amigo se puede estar muriendo de cáncer y vos no lo llamás’. Yo le dije: ‘Gerardo, no exageres, no te estás muriendo de cáncer’ a lo que me contestó que sí”, recordó sobre el día que se enteró de la enfermedad que padecía su amigo". Aclaró: "Por un rato no entendí si era una broma o no. Era muy difícil hablar con él, porque sabía todo lo que le iba a pasar. Nunca perdió el humor".
Zaira Nara también confió la experiencia personal que vivió con Rozín. "En esta última reunión tampoco te creí, me dijiste: ‘Me estoy muriendo’, y yo como siempre desconfiada y un poco tratando de seguir con nuestro humor, no te creí, ni te quise creer", reveló en un posteo que le dedicó al rosarino. "Y no me estabas mintiendo. Una vez más, me estabas preparando para lo que se venía, te preocupabas de no preocuparme con las noticias de tu salud, pero esta vez quisiste verme y eso te lo voy a agradecer siempre", cerró.
Este lunes, "Socios del Espectáculo" se comunicó con Julio Bárbaro, el ex suegro de Rozín. Y volvió a estar presente la misma frase: "A mi nieta que tiene 11 años y dijo una frase dura: "Soy muy chiquita para que me pase esto". Pero la imagen del padre es una imagen maravillosa y creo que eso... Él sabía que se moría y te hablaba y te decía: "Me queda poco"", contó conmovido.
Reveló que habló mucho con su yerno de la muerte. "Yo lo acompañé mucho en el final de la madre. Y en esa instancia charlamos mucho sobre la muerte, sobre la fe. Me parece que él tenía una clara idea de la muerte. Una idea de la vida como debe ser. Vivir la vida con ganas, con intensidad pero con consciencia. Y lo trascendente es lo que uno deja como expresión de virtud".
Y reflexionó: "Creo que la realidad de la vida es el dolor. Es parte. Se va alguien que deja un legado... El más importante, que es más que un millón de dólares, los coches o las casas... Es la construcción de un legado como imagen, es ser un hombre de talento y buena persona. Esas dos virtudes vienen bien para una sociedad en crisis como la nuestra".
