Si bien no son de hablar muy frecuentemente de su vida privada, Germán Paoloski y Sabrina Garciarena coinciden en describir a su relación como un vínculo en donde hay amistad y compañerismo. Esta historia de amor comenzó hace trece años, pero hubo una amistad previa que duró cinco. También se produjeron algunos idas y vueltas ya que en varios momentos tomaron la decisión de separarse para no caer en una infidelidad.
Es que cuando se conocieron, cada uno tenía pareja y empezaron a verse más seguido cuando, por casualidades de la vida, quedaron solteros. Salía, eran confidentes, hasta que… El punto de quiebre se produjo en una noche previa al San Valentín de 2009 cuando el conductor de “El Noticiero de la Gente” empezó a manifestar que le pasaba algo más y le dio un apasionado beso a la actriz que terminó “rompiendo” con la amistad para abrirle la puerta a una nueva etapa de la relación.
Un encuentro de amigos que terminó en relación
"No fue una cena romántica, sino un mano a mano con una amiga que me encantaba y a la que, estaba seguro, quería besar”. Yo dije: es ahora o nunca porque veía que había agüita. Le mandé un mensaje diciéndole que había soñado con ella y me contestó que esperaba que haya sido un lindo sueño", recordó Paoloski hace un tiempo.
De acuerdo a lo que contó, las bocas se juntaron durante unos quince minutos…. Pero Sabrina le dijo que no daba porque eran amigos. Pero en cuestión de horas a ella también le hizo el famoso click: al día siguiente viajaron juntos con su banda a Mar del Plata y ella empezó a sentir la misma sintonía con él. Ahí si, definitivamente, esta historia de amor comienza oficialmente con el visto bueno de ambas partes.
La convivencia llegó en 2011, cuando la actriz regresó a la Argentina después de haber grabado la película “Pagafantas” en España. Ambos coincidieron en que el humor ha sido un condimento fundamental para la pareja: “Solemos reírnos como si tuviésemos quince años. Por ahí, cuando estoy enojada, él sabe colarme un chiste”.
Tres hijos fruto de este amor
León Beltrán y Mía fueron quienes vinieron a ponerle un sello a esta relación. "Muchas veces estoy con los tres sola y no puedo creer que tengo tres hijos. Pasó rápido y es divino, es lo mejor que hago ser mamá", contó a Gente Garciarena.
Los partos fueron por cesárea y el segundo se complicó y tuvo que permanecer unos día en neonatología, lo que le trajo una situación de tristeza y estrés muy grande.
