Una cosa no quita la otra: se puede ser un apasionado de la moda, saber cuales son las últimas tendencias, conocer los nombres de los directores creativos de cada una de las firmas más reconocidas del mundo y al mismo tiempo estar interesado por preservar el planeta e intentar reducir al mínimo la huella de carbono. De hecho, eso es lo que promueve Marou Rivero, que además de ser socióloga, es reconocida como influencer cultural.
Ella cuenta que el clic lo hizo en 2013, mientras cursaba un posgrado en Sociología del Diseño en FADU. “Tuve una clase sobre Sostenibilidad y Moda, y en ese mismo año ocurrió la tragedia de Rana Plaza en Bangladesh [N.de la R.: se derrumbaron nueve pisos de un edificio donde funcionaban cinco fábricas textiles que operaban para una treintena de marcas de ropa internacionales. Murieron 1.130 personas y más de 2.500 resultaron heridas.] Dos años después, profundicé con un curso de la Red de Pacto Global Argentina (ONU) sobre Líderes para el Cambio en sector Moda y ese fue sin dudas un punto de inflexión para mí como consumidora y también como comunicadora. No había vuelta atrás, la información estaba ahí y con ella la responsabilidad de hacerla circular”, explica.
-¿Qué fue lo primero que te propusiste cambiar en tu día a día para ser más sustentable y sostenible?
-Lo primero fue vestir prendas de las que pudiera garantizar su proceso de producción. La sostenibilidad también tiene que ver con el impacto social esto quiere decir que uno tiene conocimiento sobre si la persona que hace la ropa es explotada o no trabaja en condiciones salubres. Después está la variable de sobreproducción y la cantidad de basura que genera y por último la de los mensajes que perpetuamos de una industria con tanta llegada como es la de indumentaria.
-Para eso creaste un hashtag #lamodacomomedio. ¿Cómo surgió?
-Hace cinco años, aproximadamente, comencé a replantearme el porqué de comunicar moda y sentía que lo que venía haciendo (comunicar tendencias, hacer perfiles de diseñadores, mostrar mis looks) sin una finalidad aún mayor no tenía mucho sentido para mí. Decidí usarlo como un medio, una manera de hablar de temas que todavía no se hablaban, de saber que traía una información que te podía dejar pensando. Entonces las tendencias que comunico tienen que ver con la sociedad que quiero y los diseñadores que presento son los que se la juegan por el triple impacto y en mis looks busco vestir mis valores.
-Al momento de comprometerte con las causas ambientalistas, te informás. ¿Qué fue lo que más te estremeció cuando conociste los excesos detrás de la fabricación de prendas a nivel masivo?
-Mi tesis fue sobre responsabilidad social empresaria, siempre me interesó el rol que las empresas y las industrias tenían en la creación de sociedades más justas y empáticas. Como socióloga puedo dar cuenta de las múltiples variables que intervienen en el proceso de hacer ropa en Argentina, Latinoamérica o cualquier país en desarrollo y por supuesto que es un negocio que busca generar dinero. Pero yendo al punto, lo que más me estremeció y lo sigue haciéndome ruido es la resistencia que tienen las grandes empresas a dejar lo que destruye al planeta y a nosotros mismos con tal de ganar más plata. Desde que tuve mi primer contacto con la sostenibilidad hubo muchos cambios pero todos periféricos y aislados. Recién en estos últimos años se están modificando los cimientos de la moda: materialidad, cantidad, uso. Para ser una industria que está en constante cambio hay una resistencia tremenda.
-¿Qué significa para vos el término moda circular?
-La moda circular creo que es la bandera que encontramos quienes jugamos con la moda, quienes nos sentimos representados con los looks que elegimos y que nos divertimos expresando las capas de nuestra personalidad con las capas de la ropa que llevamos puesto y lo hacemos cuidando el planeta. Poder comprar en tiendas vintage o de moda circular, además de reducir basura que contamina la tierra, agua y aire, es un poco cuidar nuestro ser creativo que necesita expresarse a través de su segunda piel.
-¿Qué le dirías a alguien que no conoce sobre el modelo circular? ¿Por qué crees que es necesario que toda la humanidad participe de este nuevo paradigma?
-El mundo es muy distinto a cómo era antes y necesitamos entender que hoy vivimos sobre nuestros recursos planetarios. Confío que podemos crear nuevas prácticas culturales donde valorar lo que ya existe y crear a partir de ello sean, por ejemplo, maneras de entender y accionar hacia lo que es mejor para todos.
