Las imágenes dieron la vuelta al mundo, tomadas en diferentes momentos de los funerales de la reina Isabel II en Londres, que finalizarán con el entierro de los restos de la monarca en el Castillo de Windsor.
Tanto Meghan Markle como su sobrina, la princesa Charlotte, se conmovieron hasta las lágrimas durante diferentes momentos del adiós final a la monarca.
Es de público conocimiento la existencia de tensiones entre la esposa del príncipe Harry con algunos miembros de la familia y la ruptura total con otros de ellos, no obstante, los duques de Sussex siempre han mostrado una especial debilidad por la reina, lo que quedó demostrado -por ejemplo- días atrás, cuando Harry lloró frente al féretro de su abuela, cuando llegó a Londres.
Y fue hoy su esposa quien repitió el gesto en varias oportunidades. Dentro del templo, fue consolada por Sofía de Wessex, la mujer del príncipe Eduardo.
Y ya estando afuera, con una postura inalterable, intentó contenerse pero al final incluso ha recurrido a sus guantes para limpiarse las lágrimas que le caían por la mejilla.
Por su parte, la pequeña Charlotte, hija del medio del príncipe William y de Kate Middleton, también frotó sus ojos con sus manitos tras largarse a llorar, mientras se encontraba fuera del templo acompañada por su mamá (quien la contuvo en ese momento) y su hermano, George.
Qué significa romper el protocolo de los Windsor
La reina Isabel II seguía a rajatabla una tradición heredada de su familia en sus apariciones públicas, sean estas oficiales o no: la de no mostrar sus emociones en público. Esto implicaba llorar, emocionarse o reírse a carcajadas, por ejemplo.
Dicen que no se conoce imagen en la que se haya visto a la monarca llorar. Ni siquiera cuando le tocó despedir a su marido, el duque de Edimburgo, cuando murió en abril del año pasado. Su imagen a solas en el templo, respetando el protocolo impuesto en aquel momento por la pandemia, causó impresión por su solemnidad y compostura.
La reina Isabel II fue una gran respetuosa de las costumbres y tradiciones -y de un estilo propio-hasta su último aliento. Quizás esta nueva era en la que reinará su hijo, Carlos III, haya una nueva marca personal y cambien algunas costumbres acorde a los tiempos que corren.
