"A pesar de haberse llegado a un acuerdo entre el FC Barcelona y Leo Messi y con la clara intención de ambas partes de firmar un nuevo contrato en el día de hoy, no se podrá formalizar debido a obstáculos económicos y estructurales (normativa de LaLiga española)". El comienzo del comunicado que emitió el FC Barcelona es claro y no da lugar a dudas: Lionel Messi no continuará ligado a El Barça.
Ya había rumores de que esto podría pasar, el contrato del club catalán con Messi finalizó en junio de 2021 y el crack ya había tomado la decisión de marcharse del equipo ya hace un tiempo. Sin embargo, su familia -Antonela Roccuzzo y sus tres hijos- le habían insistido con quedarse y por eso había decidido renegociar su contrato.
El año pasado, él mismo contó cómo había reaccionado su familia cuando él les comentó que había decidido dejar el FC Barcelona. "Cuando le comuniqué esto a mi mujer y mis hijos fue un drama bárbaro. Toda la familia llorando, mis hijos no querían irse de Barcelona, ni querían cambiar de colegio", contaba Messi en una entrevista.
Aún así y todo, Messi -como en aquel entonces-cuenta con el apoyo incondicional de su mujer, Antonela Roccuzzo. "Todo este tiempo ha sido duro para todos. Tenía claro lo que quería, lo había asumido y dicho. Mi mujer con todo el dolor del alma me apoyaba y acompañaba", comentaba el jugador que un año después vuelve a encontrarse en la misma situación aunque esta vez no hay vuelta atrás.
Ahora es un hecho: su familia tendrá que hacer el duelo de dejar Barcelona con todo lo que significa. Mudarse de esa casa que la hicieron a su medida, y que vio nacer y crecer a los chicos, y buscar un nuevo colegio, hacer nuevos amigos, y quizás hasta aprender otro idioma dependiendo del próximo destino de La Pulga.
El año pasado, Messi contaba lo que vivieron sus hijos cuando él les habló de la posibilidad de dejar Barcelona: "Mateo aún es pequeño y no se da cuenta de lo que significa irte a otro lado y hacer tu vida unos años en otra parte. Thiago sí, es más grande. Escuchó algo en la tele y averiguó algo y preguntaba. No quería saber nada de poder irnos, tener que vivir a un colegio nuevo o hacer nuevos amigos. Me lloraba y me decía “no nos vayamos”, repito que fue duro, la verdad. Era entendible. Me pasó a mí. Es muy difícil tomar una decisión".
Hoy, Messi se prepara para vivir el duelo de dejar de ser el capitán del Barcelona, pero sabe que le espera otro quizás peor, el de su familia que tiene que barajar y dar de nuevo, adaptarse a un nuevo país con todo lo que eso significa. Por eso estos días de vacaciones familiares son un bálsamo para lo que vendrá después.
