Siempre se dice que Marcelo Tinelli monta un show que va más allá del límite de las cámaras. A lo largo de todos estos años le dio vida a distintos personajes que saltaron a la fama por salir día a día en sus ciclos. Y una de ellas fue Angie Arbesu, la ex secretaria del conductor en los tiempos de “Videomatch” por Telefe.
La tarea en el ciclo de humor estaba destinada al área comercial ya que era la encargada de controlar las publicidades que iban saliendo al aire y protagonizada un divertido ping pong cuando el ex de Guillermina Valdés se acercaba para interactuar.
Ella siempre se reía y se mostraba tímida, aunque no dejaba de “jugar” con el legendario animador.
La historia de amor entre Angie y José María Listorti
Todos esos idas y vueltas incluían un paso de comedia en el que Tinelli buscaba generar un romance entre su secretaria y José María Listorti.
Por ese entonces, el humorista componía canciones -algunas subidas de tono y un tanto bizarras- para poder conquistarla.
“De repente me convertí en un personaje. Lo más fuerte fue mi último año, 1999, con Waldo. Él jugaba a conquistarme y se hacían musicales con famosos que iban al piso a convencerme de que le diera bola. Fueron Rodrigo, Montaner, Cristian Castro”, dijo ella hace un tiempo.
La nueva vida de Angie
Si bien la última vez que se la vio frente a cámaras fue en el 2000, se volvió a mostrar públicamente en 2019 cuando Tinelli festejó treinta años en la televisión argentina. Allí, Angie se presentó al primer programa de la temporada de ese año junto a otros históricos del ciclo.
A lo largo de todo este tiempo se dedicó más que nada a su rol como organizadora de eventos y se formó hasta conseguir un máster en Dirección de Empresas, carrera orientada a entretenimiento y medios de comunicación.
Lo cierto es que se lució trabajando en los shows de Fuerza Bruta, en los detalles de los Juegos Olímpicos de la Juventud que se llevaron a cabo en Buenos Aires en 2018 y las presentaciones locales del Cirque du Soleil.
Habla inglés, portugés y francés. Y aceitó sus conocimientos en la meditación y el yoga hasta convertirse en una verdadera fanática de esas prácticas espirituales. Se volcó a la filosofía denominada “arte de vivir” y vive en el barrio porteño de Palermo.
