Decorar con plantas suma color y buena energía a tus ambientes. Además, tiene beneficios para la salud: reducen el estrés, purifican el aire y dan buena suerte, según el Feng Shui.
Aunque es frecuente que, en ocasiones, se marchiten o no se desarrollen como lo esperabas. Esto puede deberse a que les falte algún cuidado o que el que le estás brindando no sea el más adecuado.
Es que, además del riego (que debe ser el justo y necesario), hay otras cuestiones a tener en cuenta. Empezando porque cada planta tiene sus requerimientos según su especie y que los cuidados pueden cambiar según la época del año en la que nos encontremos. Para comenzar a tener un panorama más completo, compartimos esta guía minuciosa para que sepas qué hacer en cada caso.
1. Elegir las macetas adecuadas
Lo primero que tenés que asegurarte es que cuenten con agujeros de drenaje en la parte inferior para evitar el exceso de agua, ya que mucha cantidad podría producir encharcamiento y pudrir las raíces. El tamaño es otro punto importante: las raíces tienen que tener espacio para desarrollarse y crecer.
2. Sustrato de calidad
Cada variedad de plantas tiene diferentes necesidades de suelo, por eso, antes de nada, debés investigar un poco para encontrar la mezcla perfecta para la tuya. Cuando vayas de compras, consultale al viverista qué sustrato necesita tu planta para que cuente con todos los nutrientes necesarios. Y, si vas a cambiarles el sustrato a las que ya tenés, contale de qué planta se trata para que te recomiende el adecuado.
3. Riego adecuado
Evitá regar en exceso para no pudrir las raíces. Si el riego es insuficiente, la planta se puede marchitar. Lo mejor es que investigues las necesidades de agua de tus plantas y ajustes el riego según la estación del año y lo que cada una de ellas necesite.
4. Luz y ubicación
Mientras algunas plantas requieren luz directa, otras prefieren que sea indirecta. Rotár las macetas de vez en cuando y sacalas a tomar aire regularmente para que se renueven.
5. Fertilización regular
A medida que pasa el tiempo, el sustrato pierde nutrientes. Cuando vayas al vivero, conseguí algún suplemento que puedas agregarle en el momento del riego, siempre con la frecuencia indicada.
6. Trasplantar cuando sea necesario
A medida que las plantas crecen, necesitan pasar a macetas de mayor tamaño. De paso, aprovechás para cambiar el sustrato, como en el punto 2. Para saber si tu planta lo necesita, fijate si las raíces se están escapando por los agujeros del drenaje de la maceta o si hace tiempo que no la ves crecer.
7. Poda y mantenimiento
Eliminá las hojas secas o dañadas y las flores marchitas para que la energía de tu planta se centre en el crecimiento de nuevas hojas y flores.
8. Control de plagas y enfermedades
Revisá tus plantas regularmente para ver si tienen signos de infestación y, si vieras algo anormal, asesorate para saber cómo proceder para sanearla.
9. Humedad correcta
Algunas plantas necesitan un alto nivel de humedad para prosperar, crecer y florecer. Podés aumentar la humedad colocando bandejas con agua cerca o rociando las hojas regularmente. Esto es especialmente importante en interiores, donde el aire tiende a ser más seco.
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