Paola Suares tiene hoy 30 años y cuando reflexiona sobre cómo se siente y de qué manera vive la vida, desliza con espontaneidad "Soy una persona feliz". La frase le brotó en medio de la charla con Para Ti, cuando repasaba el recorrido que la llevó hasta su presente: trabajar de lo que ama, con pasión. Vivir tranquila económicamente y ocuparse de su hijo de 8 años, haciendo lo que más les gusta: viajar y conocer todos los rincones de la Argentina.
Desde muy chica tuvo que atravesar situaciones difíciles: nació en Jujuy, donde vivió hasta los 8 años teniendo como referente a su abuela, con la que, recuerda, adoraba cocinar pan casero. También estaba el cariño de sus tías y de su prima. Y los campos y los paisajes de su amado lugar de nacimiento. Pero tuvo que dejar todo eso atrás cuando se mudó con su mamá a Buenos Aires y ponerle el pecho al desarraigo.
Paola es actualmente peluquera, maquilladora y colorista: desde pequeña se sentía atraída por la estética y la moda y así lo cuenta: "Jugaba a cocinar, que me encanta. Pero, además, todo lo que tenga que ver con moda y con belleza siempre me gustó, yo sabía que me iba a orientar a trabajar en algo relacionado con esto".
Pero, claro, como decíamos: vivir hoy este presente implicó un recorrido con obstáculos que ella fue venciendo con garra y convicción. "Siempre quise orientar mi carrera a lo que hago hoy pero comenzaba y lo dejaba, tenía una pareja que no me apoyaba, creía que era una estupidez. Tampoco tenía muchos recursos porque pagaba alquiler y se me hacía muy difícil pagar también la capacitación y los materiales con tantos gastos que tenía que afrontar", afirma. Y añade: "Después me separé de él y justo me salió la beca en Oscar Colombo y en Belleza por un futuro. En ese momento yo trabajaba en otro lado, además, creía que no iba a poder con todo. Pero por otro lado, pensaba que era una oportunidad muy grande".
Una de las becas que Paola obtuvo en ese momento bisagra en su vida es Belleza por un Futuro, una iniciativa de Fundación L’Oréal (presente en 26 países) que localmente desarrollan L’Oréal Argentina y Fundación Pescar. Consiste en cursos de capacitación profesional -en los oficios de peluquería y maquillaje- que es 100% gratuita y está destinado a personas de entre 18 y 40 años en situación de vulnerabilidad socioeconómica. No sólo les brinda la oportunidad de insertarse laboralmente de manera formal, sino que les aporta herramientas fundamentales para acompañarlas emocionalmente en este proceso de transformación y empoderamiento para que logren consolidarse en su profesión.
"Cuando me separé, me liberé y me convencí de que podía. Ese año tuve que hacer un gran esfuerzo, tenía que viajar de la zona del Obelisco a Barracas y de ahí tenía solo media hora para llegar a Palermo. Eran muchos gastos de viaje, era un esfuerzo enorme para mí. Además, no podía ver a mi hijo porque llegaba casi a las 12 de la noche a mi casa o quizás más tarde. Algunas veces lloraba en el colectivo porque me agarraba la lluvia y llegaba toda mojada. Así y todo, nunca falté".
En ese momento era camarera pero logró terminar el curso antes de que comenzara la pandemia. Después de varios meses, su lugar de trabajo cerró (tras un año sin actividad) y la despidieron. "Mi compañera del secundario, que trabajaba conmigo, me propuso alquilar algo juntas. Ella se dedica a hacer uñas, pestañas", recuerda. Y agrega: "Me dio un poco de miedo tener que afrontar un alquiler, en mi casa atendía a varias clientas. Pero me animé y empezamos a trabajar muy bien", afirma. Su local está en el Barrio 31 -a solo dos cuadras de su casa- y no solo sus clientas son de allí, sino que vienen de todos otros barrios porteños e, incluso, de otros lados de Buenos Aires.
Otra dificultad que logró superar tuvo que ver con su salud: a los 18 años sufrió un ACV mientras estaba en la calle con su mamá haciendo compras. De ese momento solo recuerda haberse sentado, cuando empezó a ver "todo blanco". Luego, dice, recuerda como en un sueño haber visto "desde arriba" toda la situación. Pero en realidad quedó inconsciente, tuvo un paro cardíaco y recibió asistencia en el lugar por parte de la policía. Esto se lo relató, luego, su mamá, a raíz que un conocido le pregunto, tiempo después, ¿no era que te habías muerto? Efectivamente, hablando con su mamá, supo que creyeron que eso había sucedido.
Pero pudo reaccionar y se recuperó en un año. No le quedaron secuelas y solamente tuvo que hacer rehabilitación porque se "había olvidado de leer y escribir". Pero pudo terminar el secundario y comenzar a trabajar: hizo delivery, limpieza y también trabajó en el sector gastronómico. Y se siente agradecida cada día por haber superado todo.
Como ella misma reconoció, hoy disfruta de cómo es su vida: junto a su hijo y su pareja, desde hace 4 años, a quien califica como "muy compañero" y cuenta que es quien la ayudó con todas las instalaciones de su local. Además cuenta que le gusta mucho hacer gimnasia, pero reconoce que descubrió otra gran pasión: el ciclismo. "Me apasiona andar en bicicleta, en la montaña, estuve en Jujuy recorriendo con un grupo. Quiero viajar provincia por provincia".
"Considero que tengo una vida feliz, la verdad es que no me puedo quejar. Puedo vivir como a mí me gusta, viajar, estar con mi hijo, llevarlo y recorrer lugares. Mi casa es pequeñita pero tengo comodidad, tengo una pareja que es re buena. Es re compañero, nada que ver con mi anterior relación. Y lo bueno de no haber reincidido con una persona así. Yo eso lo escucho mucho en mi salón, las chicas cuentan que les va mal con una pareja, después con otra. Yo siempre las incentivo", afirma.
¿Qué le dirías a una mujer que está en la misma situación que vos, antes de creer en vos misma?
- Que nada es imposible. Si podemos imaginarlo, verlo, nada es un obstáculo: que no tengas mamá, que no tengas papá, que tus padres no te apoyen, que te pase algo malo. Todo lo que está en nuestra cabeza lo podemos lograr.
Fotos: Fabián Uset
Video: Camila Uset
Edición de video: @cristian_calvani
Fundación L’Oréal a través de L’Oréal Argentina y Fundación Pescar presenta Belleza por un Futuro, una capacitación gratuita en peluquería o maquillaje a personas de entre 18 y 40 años en situación de vulnerabilidad socioeconómica. Este programa contempla, además, un acompañamiento en competencias socio-emocionales y laborales complementarias, elementales para la formación profesional. Es posible gracias a las marcas, espacios y profesionales que cada año donan horas o herramientas de trabajo, no sólo para que siga adelante, sino para que continúe expandiéndose.
